A lo largo de 30 años de trayectoria el prestigioso director Javier Logioia Orbe ha sido, entre otras, Director Titular de las Orquestas Sinfónica y de Cámara de la Universidad Nacional de Cuyo ,Mendoza; la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires (Teatro Colón), Sinfónica de Concepción y Filarmónica de Montevideo. Actualmente, y desde 2017, es titular de la Sinfónica de Bahía Blanca.
En esta oportunidad el maestro argentino visita nuevamente la provincia para dirigir “Warlock, Schubert y Ravel”, el programa que la Orquesta Sinfónica interpretará el sábado 11 de septiembre a las 20:30 en la Sala Chalo Tulián de la Nave UNCuyo.
Dicho programa se abrirá con la Suite Capriol para orquesta de Cuerdas de Peter Warlock, continuará con Introducción y Allegro para arpa de Maurice Ravel con la participación de la mendocina Graciela Milana como solista, para finalizar con la Sinfonía No.3 de Franz Shubert.
Las entradas se pueden adquirir en www.entradaweb.com.ar. Su valor es de $300 general y $250 para estudiantes, docentes, personal no docente y jubilados/as. Cabe aclarar que los asientos se asignarán por orden de llegada. También se pueden adquirir en boletería de la Nave UNCUYO (Maza 250, Ciudad) de martes a domingo de 18 a 21 hs.
Sobre las obras y sus autores
Durante la década del 20 en Londres era conocido el nombre de Philip Heseltine (1894-1930), prestigioso crítico musical de un importante periódico, especial e irracionalmente duro en sus críticas referidas a la música de Peter Warlock, considerado por muchos uno de los mejores compositores británicos de la época. Sin embargo, había un detalle, Heseltine y Warlock eran la misma persona. Y aunque el segundo era el seudónimo utilizado por Philip como compositor, fue con aquel con el que se hizo famoso.
A él pertenece la Suite Capriol, un conjunto de seis piezas basadas en un manual de danzas renacentistas publicado en 1589.
En 1905 la fábrica de arpas Erard le encargó a Maurice Ravel (1875-1937) una composición que mostrara las posibilidades de sus nuevas arpas cromáticas. Así surgió como obra de cámara su Introducción y Allegro, formalmente catalogado como un concierto en miniatura.
En 1815, Schubert, de 18 años de edad, trabajaba como maestro de escuela a tiempo completo durante todo el año tomando clases de composición dos veces a la semana con Antonio Salieri y dando clases particulares de música. Sin embargo, de alguna manera se las arregló para componer más de 200 obras, incluyendo cuatro óperas, dos misas, dos sinfonías y 145 canciones, una explosión productiva. Así fue como comenzó su Tercera Sinfonía el 24 de mayo y la terminó el 19 de junio. Esta es la única originalmente concebida para instrumentos de cuerda.
